1898: El final del Imperio donde nunca se ponía el sol

Desde el descubrimiento de América al Imperio Español se le conocía popularmente como el "Imperio donde nunca se ponía el sol", sin embargo con la llegada del siglo XIX su influencia internacional iba mermándose a pasos agigantados hasta llegar al año 1898, cuando todo este poder, literalmente, desapareció. ¿Qué fue lo que ocurrió aquel año para ser denominado como "El desastre del 98"?

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En el 1875, año en el que comenzó La Restauración Borbónica con el reinado de Alfonso XII, España tan solo contaba con Cuba, Puerto Rico, Filipinas y las Islas Marianas como únicos territorios de ultramar, ya que a lo largo del siglo XIX fue perdiendo todas sus posesiones en América del Norte (Texas, Nuevo México, Arizona...) y América del Sur (Argentina, Colombia, Perú, Venezuela, Chile, Ecuador...), fruto de los movimientos independentistas coloniales, los cuales se inspiraron en la independencia de Estados Unidos.

La principal causa que provocó la pérdida de las últimas colonias españolas fue la desastrosa política con las colonias, a las cuales se le impidió la posibilidad de decidir su propio gobierno colonial o la presencia de sus representantes en las Cortes Generales peninsulares.

Cuba

El sentimiento independentista cubano comenzó a surgir a mediados del siglo XIX, el cual se manifestó en 1868 con el Grito de Yara y consiguiente estallido de la primera guerra de independencia cubana o "Guerra de los diez años". El conflicto se resolvió con la firma de la Paz de Zajón, en la cual el Estado Español se comprometía a satisfacer las exigencias democráticas cubanas. Sin embargo el gobierno de Cánovas del Castillo no terminó cumpliendo con sus promesas, provocando la creación del Partido Revolucionario Cubano (liderado y creado por José Martí) y el estallido de la definitiva Guerra de Independencia cubana de 1895.

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Estados Unidos pasó a apoyar a los revolucionarios cubanos tras el estallido del Maine, al que se le acusó al ejército español como autor de la explosión. Los estadounidenses proporcionaron armas y efectivos a los rebeldes cubanos, los cuales, gracias a su ayuda, terminaron logrando la victoria y su independencia en 1898, reconocida en el Tratado de París. A pesar de lograr su independencia, el Estado cubano quedó sometido a una gran influencia estadounidense hasta la llegada al poder de Fidel Castro.

Filipinas

En el caso de Filipinas, el desarrollo de su independencia fue muy similar al cubano. Fruto de la ignorancia y la política conservadora colonial del Estado español, aparecieron en Filipinas grupos revolucionarios a favor de su independencia como el grupo terrorista Katapunan o el partido independentista de la Liga Filipina, fundado por José Rizal. Estados Unidos también pasó a apoyar esta revolución, al igual que en Cuba, con la intención de favorecer sus intereses coloniales.

A diferencia de en Cuba, España destinó para esta revolución menos efectivos militares, lo cual facilitó la rapidez de su desenlace. El conflicto comenzó en 1897 y finalizó en 1898, tras la firma del Tratado de París.


En el Tratado de París se reconoció la pérdida de Cuba (estado independiente bajo la influencia de EEUU), Filipinas (colonia estadounidense), Puerto Rico (comprado por EEUU) y los archipiélagos Marianos y las Islas Cristinas (compradas por Alemania).

La pérdida de estas posesiones tuvo sus consecuencias económicas para las arcas españolas, ya que se vio obligada a realizar más importaciones. Sin embargo las consecuencias más significativas fueron las políticas y las sociales, debido a que estas pérdidas supusieron la pérdida definitiva de influencia internacional española.

A continuación les dejo un fragmento del documental Memoria de España, realizado por RTVE, en el que se explica lo que ocurrió en España en 1898 y sus consecuencias.


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