Somalia, el país de la anarquía
Según la mayoría de indicadores económicos, Somalia es de los países con peor calidad de vida (IDH) y mayor inestabilidad político-social de todo el planeta, pero ¿a qué se debe este desastre?
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Para entender toda está situación de descontrol, hambre y desesperación debemos remontarnos a años atrás.
El Estado actual de Somalia surgió en 1960, cuando los territorios de la Somalia británica y la italiana se unificaron para crear un Estado independiente fuerte en el Cuerno de África. Tras la unificación se estableció en Somalia un sistema democrático, liderado por La Liga de Juventud Somalí con Abdirashid Ali Shermarke como presidente. Sin embargo en 1969 se produjo un golpe de Estado, liderado por Mohamed Siad Barre, donde Shermarke fue derrocado y asesinado, he aquí el "comienzo del fin" del nuevo país africano.
A partir del 69, Somalia se convirtió en un auténtico caos institucional y social. Tras el golpe de Estado, Barre instauró una dura dictadura apoyada en un primer momento por la URSS, sin embargo más tarde se acercaron más a Occidente al ver que los soviéticos también apoyaban a Etiopía, país vecino de Somalia e histórico rival. Mientras la situación económica de Somalia era más que preocupante, por ello 1987 se produjo un levantamiento popular con la intención de derrocar a Barre.
Finalmente esta insurrección triunfó en 1991, cuando los rebeldes tomaron la capital y Barre tuvo que exiliarse a Nigeria. Aunque en un principio se pensó que la situación del país mejoraría, el desarrollo de Somalia fue cada vez a peor hasta llegar a su situación actual, es decir, un país anárquico apestado por la piratería y el terrorismo yihadista.
En la actualidad, la mayor parte del sur del país está controlada por el grupo terrorista "Al Shabab", un grupo armado de radicales yihadistas y aliados de Al Qaeda que cuenta con más de 22.000 efectivos instalados en el país desde hace una década. Este mismo grupo terrorista fue el que en junio de 2017 mató a 17 personas en un conocido restaurante de Mogadiscio y que en octubre de 2017 asesinó a más de 300 personas, esta vez en un centro comercial de la capital.
Los expertos apuntan que Somalia no conseguirá salir de esta devastación hasta que no se solventen dos de sus principales problemas: las disputas entre clanes, principal causa del florecimiento del islamismo radical en la zona, y tener un gobierno competente que no solo tenga influencia en la capital, sino que sea capaz de frenar el hambre que sufre esta nación e impulsar la inversión extranjera. ¿Lograrán los somalíes salir adelante después de todo lo que han sufrido?
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